Falta un mes y medio para la Copa del Mundo en Qatar. La selección de Scaloni se acerca con expectativa al tan esperado evento.
Para muchos jugadores, será la última oportunidad de ganar un campeonato mundial y entre ellos, Lionel Messi, que logró romper el maleficio y pudo gritar campeón con la selección mayor argentina.
Alejandro Darío “Papu” Gómez es uno de los que estuvo en el Maracaná y en Wembley, para festejar junto a su ídolo y el resto de los ya “amigos”, que completarán la lista de los convocados al mundial.
“El Papu” nació en Buenos Aires el 15 de febrero de 1988 y siempre fue un “piojo”. Eso no impidió que en 2003, con apenas 14 años, el campeón del mundo con Argentina en México ´86, Jorge Burruchaga, lo convocara para hacer la pretemporada con la primera división de Arsenal de Sarandí, club que dirigía y donde hacía las inferiores Gómez.
Su calidad como volante ofensivo era indudable.
Finalmente, debutaría en 2005 frente a Banfield, participando en 113 encuentros, marcando 16 goles y dando 8 asistencias. Luego pasaría a San Lorenzo en 2009.
En la mitad de encuentros señaló casi los mismos goles y asistencias y lo compró el Catania de los argentinos, donde fue dirigido por el Cholo Simeone.
Ahí permaneció hasta el 2013, que lo fichó el Metalist Kharkiv, equipo ucraniano, donde permaneció sólo una temporada, la 2013-2014, marcando 4 goles y dando 6 asistencias en 24 encuentros.
La agitación política y el conflicto en Ucrania, que ya estaba en marcha en ese momento, convencieron al Papu de regresar al Calcio para jugar en el Atalanta de Bérgamo, al norte de Italia.
Fue ahí donde el Papu tuvo sus mejores temporadas: se convirtió en capitán del equipo, hizo 59 goles y 72 asistencias en 252 encuentros disputados. El éxito que tuvo en el Atalanta le valió la convocatoria a la selección mayor en 2017 y hoy es una fija de la Scaloneta.
Con la camiseta nerazzurri del Atalanta, el Papu tuvo temporadas ilusionantes. Como capitán, se destacó por su liderazgo, por utilizar mil brazaletes con vivos y llamativos colores, con frases reivindicativas; llevó al Atalanta a jugar una Champions League en 2020 donde quedó eliminado por el Real Madrid;
y hasta sostiene el récord de asistencias en una temporada, batiendo al propio Ronaldinho, con un total de 16.
Además, luego de que Marco Borriello colgara un video suyo bailando el Papu Dance, grabaría el Hit con el trío cómico Gil Autogol, que obtendría más de 30 millones de reproducciones.
Finalmente, el éxito se rompió tras los chispazos en la relación con el técnico Giampiero Gasperini: diferencias tácticas entre ambos hicieron que discutieran e incluso llegaran a un encuentro físico, lo que volvió irreparable la disputa y terminó con la venta del jugador argentino.
El Atalanta, sin embargo, no quiso venderlo a los clubes italianos dispuestos a comprarlo de inmediato porque consideraba que sería una ventaja que le daría a competidores directos. El Papu finalmente recaló en el Sevilla de España, donde lleva jugados 71 partidos, con 9 goles y 5 asistencias.
El Papu es un jugador inexpugnable tanto dentro como fuera del terreno de juego. En el campo, por su velocidad y su bajo centro de gravedad, es un jugador muy difícil de atrapar. “Tiene la gambeta de Aimar”, dijo alguna vez un compañero suyo de inferiores.
Fuera de la cancha, en su carrera, también se destaca por su personalidad. Es el alma lúdica y el iniciador de todas las bromas. Sus bailecitos, sus chiste y mates son valorados y parte del buen clima que viven Messi y compañía; tal vez parte del éxito récord de Scaloni que ya lleva 35 partidos invitos y dos finales ganadas: a Brasil en el Maracaná, por la Copa América; y a Italia en Wembley, por la Finalissima, que enfrentó al campeón de América con el Campeón de Europa.
Gómez ha estado muchas veces en cerca de ser comprado por los llamados equipos grandes de Europa, pero por alguna razón u otra, las negociaciones no llegaron a buen puerto.
El Cholo Simeone lo quiso como técnico del Atlético de Madrid, pero el Catania pidió 9 millones de euros y al final se compró a David Villa. La Fiorentina, con Montella de DT lo quería a toda costa en Florencia: tampoco se dio. Lazio en 2017, cuando el director deportivo de las Águilas Igli Tare se encontró con el representante, todo parecía hecho, pero finalmente el Papu se quedó en Bérgamo. Quizá el más llamativo de los pases frustrados fue en mayo de 2013: el último partido enfrentaba al Inter con el Udinese.
Todo estaba listo para que el argentino firmara con el equipo de Milán porque hasta y el entonces entrenador Stramaccioni había dado el ok. Pero Udinese ganó 5-2 en San Siro, cinco días después el Inter despidió a Stramaccioni y llamó a Mazzarri. Su 3-5-2 no era apto para el Papu y tampoco se dio.
El Papu sigue siendo un jugador muy querido en Italia: su calidad y carisma quedaron marcados a fuego. Tanto al sur como al norte del país seguirán con mucha atención sus actuaciones en la selección argentina durante el mundial de Qatar, que está cada vez más cerca.
